lunes, 5 de octubre de 2015

El Miércoles de la semana pasada:

Eliminé a todos los amigos que tenía en facebook. Ahora, Lunes, doy cuenta por este medio lo interesante que es la situación en la que estoy inmerso. Es probablé que tomé esa decisión por que odiaba verme pegado, horas, horas valiosas a ese medio. Odiaba sentir no haber hecho nada después de una tarde de inproductividad, que habría de pasar normalmente en esa red. Sueño con hacer otras cosas, no pasar tanto tiempo en frente de la computadora.
Hasta ahora el resultado que más he notado es que, al no pasar tanto tiempo en redes sociales sobre todo me siento solo. Eso me desmotiva un poco, pero sé que es importante esa pausa. Quiero acostumbrarme a el trabajo, y hasta que lo logre; volveré a abrir facebook. Eliminé un distractor, con el efecto secundario de perder contacto.
A la vez parece tan sintetico el lazo que une a todas estas personas. Tal vez sentir esta soledad es normal, y ocurría todo el tiempo cuando aun no existían las redes sociales. Ancio a mis amigos. Ancio amor, erotismo. Ancio la sonrisa encantadora, que me seduce. Ancio perderme en una mirada. Ancio que se apoderen de mí. Tal vez a pesar de todo, eso es algo bueno. 

Me surge ahora la necesidad al contacto. Al no poder satisfacerlo por facebook, toda esa energía se acumula, como en una presa; y en cuanto a alguien me encuentro, me desbordo en empatía, en cercanía. Al menos siento que todo eso será importante cuando interactue con los de más.
Mis pensamientos me dan vueltas. Estos días otra vez hay poco control. Meditaré al respecto. Voy al piano y cierro esta entrada, pensando en que me ayudó escribir esto, pero de que estoy un poco harto de hablar porque necesito seguir adelante.

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